Padre Misericordioso,
Tú que conoces hasta dónde llega
la buena voluntad del hombre.
Tú que estás siempre dispuesto
a perdonar nuestras culpas.
Tú que nunca niegas el perdón
a los hijos que acuden a Ti,
compadécete de tu hijo/a
que se debate en agonía;
Te pedimos que, ungido con el óleo Santo
y ayudado por la oración de nuestra fe
se vea aliviado en su cuerpo y en su alma,
obtenga el perdón de sus pecados
y sienta la fortaleza de tu gracia.
Por Jesucristo, tu Hijo,
que venció a la muerte y
nos abrió las puertas de la vida
y contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
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