Líbrame Señor,
yo te lo ruego de todo corazón,
de cuantos males pasados,
presentes y futuros,
tanto del alma como del cuerpo,
puedan aquejarme,
concediéndome por vuestra bondad la paz,
la salud, la tranquilidad y cuanto pueda redundar
en la honra y gloria vuestra.
Sedme propicio, Dios y creador mío,
y acordarme la paz y la salud durante mi vida,
haciendo que esta vuestra criatura logre siempre
estar asistida del socorro de vuestra misericordia
y que no sea jamás esclava del pecado
ni del temor de ninguna turbación;
por el mismo Jesucristo vuestro hijo,
nuestro Señor, que siendo Dios
vive en la unidad del Espíritu Santo
por todos los siglos de los siglos.
Así sea.
Que la paz del Señor sea siempre contigo.
Así sea.
Que esta paz celeste, Señor,
que has dejado a tus discípulos,
permanezca siempre firme en mi corazón
y sea siempre entre mis enemigos y yo
como muralla infranqueable.
Que la paz Señor, su cara,
su cuerpo me ayuden
y protejan mi alma y mi cuerpo.
y protejan mi alma y mi cuerpo.
Así sea. Cordero de Dios,
nacido de la Virgen María,
que al estar en la cruz
has lavado al mundo de sus pecados,
ten piedad de mi alma y de mi cuerpo;
Cristo Cordero de Dios,
inmolado por el bien del mundo,
ten piedad de mi alma y de mi cuerpo;
Cordero de Dios,
por el cual todos los fieles han sido salvados,
dadme tu paz eterna
así en la vida de la muerte
como en la muerte de la vida.
Así sea.
0 comentarios:
Publicar un comentario