San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la lucha,
se nuestro amparo contra la perversidad
y las acechanzas del demonio,
que Dios manifieste sobre él su Poder,
es nuestra humilde súplica, y tú,
OH príncipe de la Milicia Celestial,
con el Poder que Dios te ha conferido
¡arroja al infierno a Satanás!,
y a los demás espíritus malignos
que vagan por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén.
0 comentarios:
Publicar un comentario