A mis compañeros de nación:
Hay un río que ahora corre a gran velocidad.
Es tan grande y rápido que algunos se atemorizarán.
Procurarán permanecer en la orilla.
Se sentirán excluidos y sufrirán enormemente.
Debemos saber que ese río tiene un destino.
Dicen los ancianos, que debemos abandonar la orilla,
ir al medio del río y mantener los ojos abiertos
y la cabeza por encima del agua.
ir al medio del río y mantener los ojos abiertos
y la cabeza por encima del agua.
¡Y yo digo que veamos
quiénes están allí con nosotros y celebremos!
quiénes están allí con nosotros y celebremos!
En este momento de la historia
nada debe tomarse personalmente,
empezando por nosotros mismos.
Para vivir este momento, hacemos un alto
en nuestro desarrollo y viaje espiritual.
Ha terminado el tiempo del lobo solitario.
¡Uníos!
Desterrad la palabra “lucha”
de vuestra actitud y vocabulario.
de vuestra actitud y vocabulario.
Todo cuanto hagamos ahora
debe hacerse en forma sagrada y en celebración.
Somos aquellos a quienes hemos estado esperando.
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