¡Oh, arcángel San Miguel,
príncipe celeste, mi ángel tutelar!
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Yo te pido humildemente escuches mi voz
y pongas en mi corazón la dulce paz que ansío.
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Yo no puedo vivir con tranquilidad
y mi alma está llena de inquietud.
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Solamente puedo curar mis males
y alejar mis penas consiguiendo el amor de ...
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(aquí se pronuncia el nombre y apellido
de la persona que deseamos nos ame).
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¡Oh, arcángel San Miguel,
príncipe celeste, mi ángel tutelar,
escucha mi voz!
En nombre del Padre,
en nombre del Hijo,
y en nombre del Espíritu Santo.
Amén.
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(Por último recitarás, con toda la fe de alcanzar tus deseos,
la siguiente oración)
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In lauden et honorem Dei ae proximi utilitatém.
Dóminum hon invocáverunt illie trepidáverum timore,
ubi non érat timor.
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Amén.
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