Niño Dios, al verte a ti,
perdido en el templo,
discutiendo con los doctores de la Ley,
vemos a su vez la actitud de María y José,
que te buscaban, preocupados y afligidos por ti,
porque no te encontraban y cuando lo hicieron,
tu Madre, objetó tu actitud
y allí manifestaste la conciencia que tenías
de la misión que habías recibido del Padre,
te pedimos que hoy nos ayudes a valorar
lo que significa tener una familia,
del don y la gracia que es,
para que así crezcamos cada vez más como familia, teniéndote a ti, en el centro,
siendo Tú el que nos protejas y
que nos llenes de tus bendiciones
y de tus gracias para que cada vez
más te busquemos y así vivamos
tu proyecto de amor.
Que así sea
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