San Ignacio De Loyola - Cédula
Se exhorta a los católicos
peguen en la puerta de su casa esta cédula.
SAN IGNACIO DE LOYOLA DICE AL DEMONIO
¡NO ENTRES!
SAN IGNACIO DE LOYOLA tiene gran imperio contra los demonios, según lo dice la Iglesia en su oficio:
IN DEAMONES MIRUM EXERCUIT IMPERIUM.
Por lo cual es costumbre poner
en las puertas de los aposentos,
por la parte de adentro, esta cédula.
El mismo demonio dijo una vez:
No puedo entrar
sólo que quites la cédula puesta en tu puerta.
Yo suelo aconsejarlas en las misiones
contra los asaltos e infectación del enemigo
Y SATANÁS
(Ven. P. Galatuyud, S.J.)
En Roma y Padua,
echado de los cuerpos por virtud de San Ignacio,
exclamó el demonio dando bramidos:
NO ME MENTEIS A SAN IGNACIO, QUE ES EL MAYOR ENEMIGO QUE TENGO EN EL MUNDO.
P Rivadeneira. Lib. A. C.V.
CÉDULA
ANIMA CHRISTI
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Agua del costado de Cristo, purifícame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh buen Jesús! Óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti
para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos,
Amén.
ORACIÓN DE SAN IGNACIO DE LOYOLA
Tomad, Señor, recibid toda mi libertad,
mi memoria, mi entendimiento y mi voluntad,
todo mi haber y mi poseer,
Vos me lo disteis a Vos Señor lo torno,
todo es vuestro.
Disponed de todo a vuestra voluntad.
Dadme vuestro amor y gracia que esto me basta.
INVOCACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN AL ETERNO PADRE SEGÚN SAN LUCAS
LA MAGNÍFICA
LA MAGNÍFICA
Glorifica mi alma al Señor.
Y mi espíritu se llena de gozo
al contemplar la bondad de Dios mi salvador.
Porque ha puesto la mirada en la humilde sierva suya,
y ved aquí el motivo porque me tendrán por dichosa
todas las generaciones.
Pues hizo en mi favor cosas grandes y maravillosas
el que es Todopoderoso
y su nombre es infinitamente santo.
Cuya misericordia se extiende
de generación en generación
a todos cuantos le temen.
Extendió el brazo de su poder,
disipó el orgullo de los soberbios
trastornando sus designios.
Desposeyó a los poderosos y elevó a los humildes.
A los necesitados llenó de bienes
y a los ricos los dejó sin cosa alguna.
Exaltó a Israel su siervo
acordándose de él por su gran misericordia y bondad.
Así como lo había prometido a nuestros padres,
a Abraham y a toda su descendencia
por los siglos de los siglos.
Así sea.
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