Jesucristo,
mansísimo Cordero de Dios.
Yo, pobre pecador, saludo y reverencio
tu Santísima Llaga, honda tres dedos,
que padeciste en la espalda llevando tu pesada Cruz,
y, «que debido a los tres huesos que en ella sobresalen,
te produjo mayor pena y dolor
que todas las otras juntas de tu pasión.»
Te adoro, dolorido Señor mío;
te reverencio, te glorifico en lo íntimo de mi corazón,
y te doy gracias por aquella Santísima,
muy profunda y dolorosa Llaga de tu espalda.
Te suplico humildemente,
por aquel duro peso de tu Cruz,
que tengas misericordia de mí
y me perdones todos mis pecados,
tanto veniales como mortales,
y me acompañes en el camino de la Cruz,
por las sangrientas pisadas tuyas,
a la bienaventuranza eterna;
en compañía de mis familiares.
También te pido
me ayudes a dar solución urgente
a los problemas que me afligen.
(Hacer la petición)
por los siglos de los siglos.
Amén.
Alabada sea la Santísima llaga de la espalda
de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
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