Yo conjuro a los sietes rayos de Changó,
por el santo nombre del Todopoderoso,
para que hagan temblar los corazones de mis enemigos.
Yo te conjuro, oh poderosa Santa Bárbara,
para que tus ojos sean los míos,
y mis ojos sean los tuyos.
Haz que ninguna entidad maligna pueda llegar a mí,
haz que tus rayos hagan temblar la morada
de aquellos que me combaten,
disuelve todo obstáculo.
Oh poderoso espíritu elemental de la tierra:
combina tus fuerzas con las mías
para que el poder del maligno se retire.
Amén.
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