martes, 27 de noviembre de 2012

ORACIÓN PARA PEDIR SANACIÓN, FELICIDAD Y PAZ

 
 
 
Señor Jesús,
concebido por obra del Espíritu Santo,
¡qué esperanza nos da saber
que tú has tomado nuestras debilidades
y has cargado nuestras enfermedades,
que eres el Señor de vivos y muertos
por haber pasado de la muerte a la vida.

Ofrendaste tu Pascua para que pudiéramos vivir
como resucitados, de pie.
Vemos que tu Espíritu acompañó los pasos de tus amigos,
como la columna de fuego en la noche del Éxodo.
El testimonio del Espíritu acompañó y acompaña
el testimonio de tu Iglesia,
haciéndose una misma voz.
¿Y qué afirman con su testimonio?
Tu resurrección, la derrota del demonio,
la sanación de nuestras enfermedades, la salvación.
El Espíritu es testigo, consuelo y alegría.
Lo demuestra con los signos que tú realizaste,
curando a la suegra de Pedro y sanando a tantos enfermos.
Es testimonio de tu perdón y nos anima a pedir perdón:
Señor, ten misericordia de mí.
Es testigo de tus curaciones y nos impulsa a decir:
Señor, sana mis heridas
y que pueda interceder por mis hermanos.
Es testigo de tu Palabra y enseñanza de Maestro:
Señor, que tu Espíritu me haga buen discípulo
y que ponga en práctica tu Palabra.
Haz, Señor, que mi vida no sea mía
sino tuya y de mis hermanos.
Es testigo de un sepulcro vacío y mudo,
de tu retorno a la vida:
Señor, dame la gracia de vivir como resucitado,
dejando atrás tantas muertes.
Es testigo de que mis labios
puedan llamar "Padre" a nuestro Dios:
Señor, que siempre responda a la llamada de ser hijo tuyo,
y que viva inserto en una familia de hijos y hermanos.
Es testigo y autor de lo que pone en mis labios
para que hable de ti ante el mundo:
Señor, dame fidelidad creciente
y la paz y alegría que de ella brotan.
 
 
 
 

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