Señor Jesús,
yo te pido que me perdones
por haber pronunciado maldiciones
con la misma boca
con la que comulgo tu Cuerpo y tu Sangre,
que son fuente de toda bendición,
y te pido que por los mismos méritos
de tu Cuerpo y de tu Sangre bendigas el alma,
el cuerpo, la mente, la salud, el trabajo,
la economía, la familia y los proyectos
de todos aquellos a los cuales maldije.
Amén
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